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Aquí tenemos a Flor de Lis, vestuarista del señor Barroso en plena tarea.
No es de extrañar, ya que es uno de los 10 hombres mejor vestidos del planeta,
como atestigua el ejemplar de la revista Forbes en papel reciclado que me envió él
mismo.
El Gran Libro de
Autoayuda del Señor Barroso.
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Saliendo de la oscuridad
Cuando nos encontramos en este
estado de desasosiego y desesperación, ¿qué debemos hacer si alguien nos aconseja
sobre cómo escapar de nuestra situación?
Aunque nuestra primera
reacción sea la de salir corriendo o la de llenarle la boca con polvorones de
la estepa hasta que la tos producida por el atragantamiento le provoque
convulsiones, se le congestione la cara, se le inunden los ojos de petequias y
deje de respirar, tenemos que escuchar con paciencia y atentamente, como si de
verdad nos interesase su insulsa conversación, a continuación nos hemos de
preguntar honestamente ¿si esa persona fuera verdaderamente nuestro amigo, y no
quien es, y estuviera en nuestro caso, le habríamos dado ese mismo consejo?
Si la respuesta es negativa
debemos hacerle saber inmediatamente que es un listillo, que es absurdo que una
persona como ella (o él) sea capaz, aunque
viviese cien vidas, de llegar a comprender algún día el sufrimiento que está
pasando nuestro espíritu sensible y superior y que se puede meter su ignara sugerencia
por donde le quepa. [1]
Pero si la respuesta es
positiva seguiremos los siguientes pasos:
1.- Debemos hacerle saber
inmediatamente que es un listillo, que es absurdo que una persona como ella (o
él) sea capaz, aunque viviese cien
vidas, de llegar a comprender algún día el sufrimiento que está pasando nuestro
espíritu sensible y superior y que se puede meter su ignara sugerencia por
donde le quepa. [2]
2.- Aplicaremos su idea.
3.- Cuando logremos salir de
la profunda depresión en la que nos encontramos, iremos contando a todo el
mundo la gran fuerza de voluntad que hemos demostrado al lograr tal hito por
nosotros mismos sin ayuda de nadie (esto último con un sutil retintín que ponga
incómodo a nuestro interlocutor, pero que no pueda darse directamente por
aludido), e iremos aconsejando a todo el que se sitúe a nuestro alcance
técnicas como la relajación, el yoga o la macrobiótica en las que se tengan que
dejar un dineral (mientras más caras mejor: si en el centro de cultura de tu zona
hacen un curso de Pilates subvencionado por el ayuntamiento no lo recomiendes)
y que a nosotros no nos han servido para nada.
Esta sencilla estrategia impulsará
nuestra recuperación hacia límites insospechados, así que no dudéis en
explotarla hasta que dejen de invitaros a fiestas y reuniones.
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